En la cultura actual centrada en la productividad, mantenerse con energía y emocionalmente estable se ha vuelto una prioridad para muchos, especialmente para estudiantes, profesionales de TI y jugadores nocturnos. Dos métodos comunes para mejorar el estado de ánimo y la atención son el uso de bebidas energéticas o el estímulo natural de las “hormonas de la felicidad”. ¿Cuál es más eficaz y sostenible? Compare estos enfoques desde la perspectiva biológica, de datos reales y del impacto en el estilo de vida.
Las bebidas energéticas funcionan principalmente al inundar el cuerpo con cafeína, taurina, vitaminas B y azúcar. Estos ingredientes estimulan el sistema nervioso central, aumentan la frecuencia cardíaca y elevan temporalmente los niveles de dopamina, generando una sensación de concentración y euforia leve. Sin embargo, este aumento es de corta duración y suele ir seguido de una caída que provoca fatiga, irritabilidad o incluso ansiedad.
Por ejemplo, un estudio de 2023 publicado en la revista *Nutrients* confirmó que, aunque las bebidas energéticas pueden mejorar la atención durante unas dos horas, también se asocian con un aumento de la presión arterial y trastornos del sueño, especialmente entre los estudiantes que estudian de noche. Lo mismo sucede con los gamers nocturnos: el aumento inicial en el tiempo de reacción es rápidamente seguido de fatiga cognitiva.
Además, el consumo excesivo de estimulantes puede generar dependencia y desensibilización, lo que obliga al usuario a consumir mayores dosis para lograr el mismo efecto. Este ciclo puede agotar el sistema nervioso, dejando a la persona mental y físicamente agotada.
A diferencia de la regulación natural del estado de ánimo, el estímulo sintético mediante bebidas energéticas no aporta beneficios a largo plazo para la salud emocional. Aunque la cafeína y el azúcar pueden imitar la liberación de dopamina y adrenalina, no contribuyen al equilibrio cerebral de serotonina ni de endorfinas, elementos clave para el bienestar mental sostenido.
Los consumidores habituales pueden experimentar síntomas de abstinencia como dolores de cabeza, cambios de humor y falta de motivación. Esto resulta especialmente problemático para los trabajadores de TI, cuya productividad depende de un enfoque constante y equilibrio emocional durante largas jornadas frente a la pantalla.
Por el contrario, la activación hormonal natural promueve una mejora del estado de ánimo más holística y duradera, sin efectos secundarios ni riesgos cardiovasculares.
El cuerpo produce varias hormonas relacionadas con la felicidad: dopamina (recompensa), serotonina (estabilidad emocional), endorfinas (placer y alivio del dolor) y oxitocina (vínculo social). Estas se estimulan de forma natural a través de la actividad física, la interacción social, la luz solar, la música y una alimentación saludable.
Por ejemplo, una caminata rápida de 30 minutos estimula la liberación de endorfinas. De igual manera, realizar actividades creativas, hacer voluntariado o pasar tiempo con seres queridos puede aumentar los niveles de oxitocina. Estas fuentes naturales no sobreestimulan el sistema nervioso y no generan bajones posteriores.
Según una revisión de 2024 publicada en el *Journal of Affective Disorders*, los hábitos que aumentan la serotonina y la dopamina —como el ejercicio regular, el sueño adecuado y actividades conscientes— superan a los estimulantes sintéticos tanto en el mejoramiento del estado de ánimo a corto plazo como en la resiliencia emocional a largo plazo.
El sistema de recompensa del cerebro está diseñado para responder a estímulos consistentes y significativos. A diferencia del modelo de “subidón y bajón” de las bebidas energéticas, la estimulación hormonal natural produce una curva emocional más estable y sostenible. La dopamina liberada al lograr objetivos o realizar tareas creativas brinda una sensación de propósito duradero.
Además, la serotonina, que se produce gracias a una buena salud intestinal y a la exposición a la luz natural, favorece la regulación del estado de ánimo, reduciendo la probabilidad de ansiedad y depresión. Los profesionales de TI, que trabajan en entornos sedentarios y de alto estrés, pueden beneficiarse mucho al incorporar estos hábitos.
Los gamers nocturnos también pueden experimentar ventajas al sustituir las sesiones de juego prolongadas y bebidas con cafeína por ejercicio, descanso y alimentos ricos en serotonina como el plátano o el chocolate negro.
Consideremos el ejemplo de Eva, una estudiante de informática de 22 años, que reemplazó sus tres bebidas energéticas diarias con yoga y caminatas matutinas durante la temporada de exámenes. No solo mejoró su sueño, sino que también informó una mayor concentración y estabilidad emocional. De forma similar, Pavel, un gamer competitivo, optó por tés con nootrópicos y añadió omega-3 a su dieta, notando menos caídas de energía y mejor control emocional.
Otro caso es el de una empresa de TI en Kiev que implementó una iniciativa de “almuerzo dopaminérgico”, promoviendo caminatas cortas, música positiva y comidas ricas en triptófano. Tras tres meses, el 68 % de los participantes reportó menos estrés y mayor enfoque cognitivo.
Estos ejemplos muestran que los potenciadores naturales del estado de ánimo no solo brindan claridad mental, sino que también mejoran la salud general y la productividad sin los riesgos asociados al consumo excesivo de cafeína o azúcar.
Los estudiantes pueden sustituir las bebidas azucaradas por té verde, exponerse al sol y establecer metas claras de estudio para activar los sistemas de dopamina y serotonina. Estas estrategias mejoran la memoria y la estabilidad emocional en época de exámenes.
Los profesionales de TI deben priorizar las pausas cortas, un espacio de trabajo ergonómico y comidas equilibradas con omega-3 y vitaminas del grupo B —todo esto ayuda a mantener el equilibrio hormonal y prevenir el agotamiento.
Los gamers nocturnos deberían evitar la cafeína después de las 18:00, usar filtros de luz azul y realizar rutinas relajantes como estiramientos o ejercicios de respiración para favorecer la liberación de melatonina y serotonina, mejorando así el sueño y el rendimiento del día siguiente.